“No hay nada mejor que trabajar en lo que te gusta”, entrevistamos a Amador Valledor de Transportes Amador

Amador Valledor Greco pertenece a Asetra desde hace 37 años. Nació en Oviedo, se crió en Somiedo y vive en Avilés. Es la tercera generación de una familia de transportistas. Su pasión es el volante y asegura que si no conduce le entra el mono. Su mujer Emilia y su hija Natalia son su mayor apoyo.

¿Desde cuándo perteneces a Asetra?

Yo estoy de autónomo desde 1988. Con Asetra, desde 1986. Fue la primera convocatoria para la capacitación de transportista, me hice socio de Asetra, fui a clase con ellos y aprobé el examen. No he querido cambiar. Tienen muy buena gente trabajando. Tengo muchos amigos allí. Muy bien de momento. Gente que nos conocemos de toda la vida. Muchos son hijos de antiguos trabajadores a los que también conozco. Yo iba a muchas asambleas pero a veces el trabajo te lo pone difícil, somos pocos y nos suele quedar libre únicamente el sábado.

¿Es una profesión familiar?

Soy la tercera generación de mi familia que sigue con esta profesión. Mi abuelo fue el primero con un caballo y un carro en Oviedo. Transportaba leche de Mantequerías Arias y luego ya empezó con un camión. Mi padre lo mismo, toda la vida en la carretera y mi hermano también. El al igual que yo es socio de Asetra.

¿Desde siempre te ha gustado esta profesión?

Estudie pero me gustaba mucho más esto. Hice un FP de técnico especialista en máquinas y herramientas pero el volante siempre me ha tirado mucho. Mi hermano estudió mecánica, pero igualmente le gustaba mucho más conducir.

¿Para qué empresa trabajas?

Yo trabajo para cementos Tudela Vegín. Empezé con ellos y sigo con ellos. No transporto ninguna otra mercancía. Llevamos el cemento a granel a las plantas. No salimos mucho de Asturias y si hay que hacerlo es a La Robla. Puedes tirarte quizás unos días fuera si hay que ir a Tarragona a las nucleares. Ese es el viaje más lejos que hago. Me gustan mucho más los cortos. Yo quiero llegar todos los días mi casa y poder cenar. Los gastos así son mínimos. Hay que recordar que soy autónomo.

¿Recuerdas alguna anécdota de todos estos años?

En cuanto a las anécdotas mas que nada cuando estaba de chófer recuerdo que nos trataban un poco mal. Los sueldos no eran nada buenos. Te hablo de cuando yo estuve, que no tiene nada que ver con hoy en día. También antes cualquier persona te paraba a ayudar en la carretera si tenias algún problema. Ahora ya no se hace, primero porque tráfico no te deja y segundo porque ya nadie se ofrece a ayudarte.

¿Hay compañerismo?

Hay compañerismo hasta cierto punto, no es como antes. Siempre que parábamos a comer nos sentábamos todos juntos y hablábamos. Ahora te sientas solo. La mayoría de los conductores va a su aire y están toda la comida entreteniéndose con el móvil. Yo soy todo lo contrario. No tengo un móvil moderno, sigo con el de tapa. Siempre digo que el día que me retire, tiro el teléfono. No necesito ninguna tecnología. Soy de los antiguos, si me pierdo pues cojo un mapa o pregunto.

¿Qué es lo mejor y lo peor de tu trabajo?

Lo mejor de mi trabajo es que realmente me gusta. Si no me gustara no lo haría. Si me quitan el volante me muero. Lo peor es que todo está muy masificado en el sentido de que no hay un orden en los precios A mi no me varían porque siempre tengo el mismo. Lo veo por mis compañeros y mi hermano. Luego todo el mundo cobra más que nosotros. Si vas al taller y quieres algo tienes que pagarlo a un precio, si no nada.

No hay mejor cosa que trabajar en lo que gusta. Tu sales del trabajo y estás cabreado porque has tenido un mal día y de seguro que al día siguiente ni te acuerdas. Si estoy una semana sin coger el volante me entra el mono.

¿Cómo fue el parón del año pasado, la huelga y el precio del combustible?

El precio del gasoil no lo veo tan caro. El problema son los impuestos. Hacer una huelga me parece un atraso muy grande, hay mejores maneras de negociar. Entiendo que cuando ya no hay más opciones habrá que hacerla.

Amador, con su hija Natalia

¿Qué solución ves para el gasoil?

El problema del gasoil es que tiene muchos impuestos y quieren hacernos creer que es por que contamina, pero hay cosas peores. El gasoil se puede purificar. Ya veras que risa el día que les toque deshacerse de todas las baterías de los coches eléctricos. Habría que obligar a los fabricantes a cumplir las normas de contaminación, y las petroleras deberían quitar el azufre. Nunca llevé el camión a cambiar el aceite, yo lo hago todo solo. Me doy cuenta así que desde hace años los filtros de gasoil duran el doble y no tienen nada sucio por dentro. Desde que ya quitaron el azufre los filtros están más limpios. La gasolina por ejemplo no contamina. Deberían de obligarnos a tener esos contenedores y poner un precio igual al gasoil.

¿Cómo viviste el Covid?

El Covid lo pasé trabajando, las obras trabajaban por la mañana y en vez de hacer turno partido se hacía continuo para poder ir a casa. Al principio daba miedo y pánico andar por la carretera, no te cruzabas a nadie. Tampoco teníamos sitio para tomar un café. De suerte que teníamos máquinas. Me compré incluso una tartera para llevar la comida. Mi hermano que está para fuera era terrible en su caso. La buena ventaja es que siempre tenía aparcamiento.

¿Te apoya tu familia?

Mi mujer Emilia es la que lleva todos los papeles. Yo no hago nada, casi es ella la que habla más con Asetra que yo. Se encarga de gestionar. No tiene otro trabajo pero me viene bien porque así no me preocupo, no conozco ni al director del banco. Le hice un poder para que se encargara ella y no ando parando el camión para hacer gestiones. Cuando mi hija Natalia era pequeña pues se encargaba de cuidarla también. Yo nací en Oviedo y me crié en Somiedo, en el Valle del Lago. Por este motivo aparece en todos mis camiones. Mi padre y mi abuelo también. En cambio, mi mujer es de Avilés y nos fuimos a vivir allí una vez nos casamos. Estoy bastante a gusto.

¿Tu hija quiere ser la cuarta generación?

Mi hija no quiere saber nada de esta profesión. No quiere ni quedarse con el camión aun poniéndole un chófer que la lleve. Ella hizo un grado superior de electromedicina y ahora está trabajando de lo suyo. Eso si, desde pequeña es quien elige los colores de mis camiones. Sus amigas siempre me hacen fotos cuando me ven. No puedo escaparme.

¿Los jóvenes no quieren este trabajo?

El relevo generacional en general va muy mal. No hay gente nueva por la sencilla razón de que es una profesión que te tiene que gustar. Lo primero es lo primero. Lo segundo es que no se paga lo que se merece y encima hay que tirarse toda la semana fuera de casa. Cierto es que el que quiere trabaja, esto es una opción. Luego hay mucha gente que no quiere moverse de casa porque está muy bien cobrando pagas.

¿Ves alguna solución?

Estuve de profesor en el ejército cuando hice la mili para enseñar a sacar el carnet a los nuevos. Los que iban conmigo aprobaban todos. Los metía en el camión por la pista de maniobras y les quitaba el miedo. Hay que aprender así. Me gustaría enseñar a sacar el carnet a los jóvenes y que no gasten tanto dinero. Es una burrada lo que cuesta. ¿Dónde va un chico joven a gastar 3.000 euros en el carnet de camión? Sería fantástico poder enseñarles.

Noticia publicada en el número 31 de nuestra revista, conmemorativa de San Cristóbal